domingo, 10 de enero de 2010

Como la primera vez.



Creyó haber muerto la mañana gris que él se fue. Perdió la fe, la esperanza, se dejó llevar por la vida, sin importarle nada.

Sintió que tenía un hueco en el pecho, un doloroso vacío difícil de explicar.

Convirtió cada día en una rutina para no pensar, para olvidar, para vaciar su cabeza. Se aturdió con muchos libros, con horas de televisión que miraba sin ver, pero se alejó cada vez más de la gente. Adoptó un gatito con el que solía hablar cuando volvía de trabajar, única compañía.

Cerró su círculo en torno a ella y puso su coraza más apretada para que nada ni nadie la pudiera volver a herir nunca más. Se repitió una y otra vez que no volvería a enamorarse, impediría que la lastimaran otra vez.

Por las noches las pesadillas atacaban y despertaba con lágrimas en los ojos.

No lo volvió a ver nunca más. Ni supo nunca más nada de él.

Escuchó lo que dicen todos que el tiempo ayuda a recuperarse y no les creyó. Algo le impedía recordar cómo se reponía uno de tanto dolor. Después de todo no era la primera vez que tropezaba con la misma piedra.

Pasaron los días, los meses, los años, sin querer un día se olvidó, pudo volver a pasar por aquellos lugares que la mente le impedía, escuchar las viejas canciones y hasta llegó a sonreir.
Una mañana cualquiera se deshizo de sus costumbres, abandonó la cama antes del amanecer, tomó harina y comenzó a amasar una nueva historia, mientras preparaba pan casero para desayunar.
Susurraba la canción que se le había pegado por esos dias:

"Suavecito me pusiste todo en su lugar suavecito, como juego para armar como al barro el alfarero, como brisa de aguacero conquistaste, suavecito."

El olor a hogar se desparramó por todo el departamento, ese que hace que el alma se sienta feliz, ese aroma que se comparte con el corazón.

Puso todo en la bandeja y entró en la habitación con olor a sexo y a pasión, de una noche de amor que se había colado sin permiso.

El sol se filtraba por las rendijas de la persina avisando que el día estaba ya allí. Ése que era un extraño le sonrió con cara de dormido, despinado y con sueño guardado. La besó suavemente en los labios y le cantó al oído mientra la acurrucaba a su lado y volvía a hacerle el amor:

"Me aceptaste como un cero izquierdo y sin valor me peleaste sin nada a tu favor con la suavidad con la que se mueve un rumor, con el paso de un anciano, con paciencia de artesano, me salvaste, suavecito."

Ella sonrió, lo miró a los ojos y por primera vez no dijo nada, ya había aprendido que pedir que no te lastimen no era evitar que eso ocurriera. Quería olvidar y empezar de nuevo, y esta vez lo haría a su manera con la armadura un poco más débil, pero sabiendo que ante la primera alarma esta vez escucharía. No importaba, ya no quería pensar. Empezar otra vez desde cero como si fuera la primera vez. Olvidando todos los dolores, todos los fracasos, todas las traiciones.

Amar sinceramente y sin miedo, ahora estaba ella misma para cuidarse y ella ahora se quería más que a nadie sobre la Tierra, nunca más buscar alguien que la rescate, sólo un compañero para caminar, para tomarse de la mano y participar de esta historia que esa tarde cuando se cruzaron comenzaron a escribir.

Fin..

5 comentarios:

encarni dijo...

Hola Aldhanax, qué bien que los expresaste, me gustó mucho, un abrazo muy fuerte.

M@ite dijo...

¡¡YA TE ENCONTRÉ!!, JEJEJE TE SIGO LA PISTA..M@ITE

sara dijo...

Hola Aldhanax, me ha encantado tu historia, es real como la vida misma.

Muchos besos.

Sara

Emiley Ros dijo...

Hola Aldhanax, me gusto mucho esta historia.

Besos.

estoy_viva dijo...

Yo si te entro a leerte...
El dolor que se sufre con el amor, heridas dificiles de curar, que nos nos dejan mirar hacia adelante, pero es la unica forma de cerrar el circulo el pasado es ya pasado, de los errores pasados siempre aprendemos, deja un poco floja tu coraza, para que el amor entre bien, pero eso si guiate por tu intuicion, mira a esa persona a los ojos, para ver si es cierto lo que siente, que no hay engaños, y asi vuelve a sentir de nuevo el amor, date sin miedos, disfruta de lo que estas viviendo, porque el amor es asi, sin condiciones sin imposiciones.
Muy bello relato, te felicito por el, me encanto mucho.
con cariño
Mari