Sin ganas

Parece que como dice el tema de Serrat," las musas han pasado de mí o estarán de vacaciones".
Estoy con muy poco tiempo, con muy pocas ganas, o que se acerca el fin de año, que a veces la vida se complica más de lo que uno quiere.
Sólo sé que no encuentro qué escribir, ni qué contarles, por eso estoy callada y ausente.
Les pido disculpas de no pasar por sus blogs o estar allí como lo hago siempre.
Hay días de sol que pienso en positivo, pero hay otros días que veo todo negro y sin ganas de nada.
A veces un mail me alegra el día, o un comentario me ayuda a volver a ver todo color verde de esperanza.
Pero las cosas se empeñan en complicarse. El pasado que vuelve una y otra vez cuando uno creía que lo había dejado atrás, y no, está ahí. Escondido, para salir en el momento menos oportuno y volver a lastimarte. Intentando evadirlo y evitarlo, pero imposible, parece que es como un enemigo siniestro que ataca dando golpes bajos y sin siquiera tratar de mejorar o demostrar lo equivocada que puedo estar, por el contrario vuelve malvado y oscuro a golperme donde más duele.
Me saca las ganas de escribir, pensar que seres inescruspulosos puedan llegar a leer esto y hasta burlarse de mis sentimientos, y por momentos pienso cierro el blog y lo mudo, pero están ustedes, mis amigos virtuales a los que adoro por estar siempre allí, algunos de los cuales se han transformado en mis amigos reales a pesar de la distancia o que nos separe un océano.
Pero siento bronca, dolor, impotencia por no poder hacer nada contra las injusticias.
Y tal vez vengan buenos momentos como siempre. Como cuando cae un temporal y te deja la vida en ruinas, al otro día saldrá el sol y con resignación uno comienzará de vuelta tratando de otra vez hacer las cosas de otra manera y mejor.
Tal vez esté cansada, fueron demasiadas batallas, muchas perdidas y es como que duele todo y cada vez más.
El corazón que se estremece ante la idea de volver a sufrir y se niega a abrirse nuevamente.
La razón que no quiere entender que tal vez peleando las cosas salgan mejor, que dejarse vencer por el atropello o la maldad.
Y vuelve el miedo, ese que había olvidado y perdido, pero que invariablemente vuelve una y otra vez.
La falta de tiempo, las pocas ganas, la sensibilidad a flor de piel.
Todo eso se transforma en cero ganas.
Tal vez cuando vuelva de este viaje que emprenderé el sábado las cosas cambien y pueda recargar las pilas.
Hasta a lo mejor me importe poco quién lee este blog y lo que llegue a pensar, pero ahora duele, ahora me molesta. No quiero que llegue a ojos de nadie que no pueda alcanzar a entender lo que significa tener sentimientos, ser diferente.
Por eso pido disculpas por mis ausencias, a que tanto dolor me esté dejando sin fuerzas y sin ganas para poder seguir adelante.
Pero como siempre pienso mañana será otro día.
Respirar hondo y seguir.
Los quiero.